La noticia surgió hoy en distintos medios. Se trataría de un inmueble social gestionado por el mismo municipio.
El intendente Victor Kieffer aceptó la información aludiendo a que su esposa lo compró de buena fe en el año 2020 y lo pagó “religiosamente” hasta tanto le salió la adjudicación. A su vez, reconoció que sacó un préstamo del Banco de Córdoba para hacerlo, y él es garante del mismo. Por naturaleza es suyo en un cincuenta por ciento al ser bien ganancial con su pareja.
Para defenderse, Kieffer afirmó que en sus casi 20 años de gestión nunca estuvo afectado en ninguna causa o denuncia.
Si bien, aparentemente la operatoria es legal, lo que se pone en tela de juicio es la cuestión ética de ser él mismo un beneficiario directo de esta operación.